Kermés o quermés: Verbena, fiesta, pachanga popular y benéfica.
Azotea: Cabeza, sesera, maceta, tatema, testa, coco.

31 dic 2010

El Gran Cheeto

Esta es la última entrada en este blog este año. Por eso quiero escribir algo trascendente.
¿Han notado, inteligentes y observadores lectores, que en toda bolsa de Cheetos suele venir una pieza de tamaño considerablemente mayor que el de los demás? Es el Gran Cheeto.
Y la gente aprecia y prefiere el mentado Gran Cheeto, a pesar de que la proporción de la insípida base frita y la sabrosa cobertura no es la más favorable: son los cheetos pequeños los que tienen más sabor, gramo por gramo.
Me parece que es un defecto de nuestro tiempo, cuando menos: la obsesión con lo más grande, lo mejor, ser el primero, el líder, el más famoso, el que recibe el premio… a pesar de cuánto disfrutamos de esas pequeñas cosas de cada día que son mayoría, si hacemos caso al modelo gouldiano de los diez mil actos de bondad. Yo propongo el nombre de Síndrome del Gran Cheeto (sí, con mayúsculas, faltaba más, que son letras más grandes y llamativas).
Así, queremos dominar al mundo. O, al menos, cambiarlo, mejorarlo, alcanzar una utopía. Nada de pequeñeces como portarnos decentemente con nuestros seres queridos y ayudarles un poquito a que este mundo les resulte un lugar aceptablemente vivible. Y hasta hay quien se siente decepcionado porque obtuvo un reintegro en lugar de pegarle al gordo: sólo el premio mayor, el primer lugar, lo más grande cuenta.
Este Síndrome no ataca especialmente en esta época del año: solemos expresar nuestros mejores deseos, el mejor año nuevo, que todo sea feliz y maravilloso. Y nuestros propósitos también son magníficos: conseguir casa nueva, olvidar de una vez y por siempre a ese ex, la gran boda soñada (o, de perdida, encontrar al príncipe azul o la princesa rosa).
Es raro que la gente desee apenas pasar buenos ratos; no tener demasiados reveses y desencantos. Que se proponga vivir, simplemente vivir, como diría Bendetti. Yo, cuando menos, jamás lo he escuchado. ¿Y ustedes?

(Ah, sí... tengan su año próximo como quieran). ;)

5 dic 2010

WikiLeaks y los secretos a voces

Esta semana uno de los temas candentes ha sido WikiLeaks. Lo que ha publicado. Lo que no ha publicado. Las reacciones de la gente que ha sido expuesta. Las reacciones de la prensa.
Es innegable que WikiLeaks no ha filtrado nada que no se supiera. Pero no debemos dejar ahí el análisis, como comentaba ayer con @eltonio en Twitter. Hay una gran diferencia: todo lo que se había publicado hasta ahora eran rumores, hipótesis, declaraciones. @WikiLeaks lo ha documentado. Y eso es muy importante.
Importante no porque pudiera ser usado en un juicio o una campaña electoral o mediática. Es importante porque demuestra que se puede hacer periodismo de una forma diferente. Volver a la investigación y corroborar las notas, documentándolas no sólo con declaraciones. Y que no se depende de los grandes consorcios mediáticos para ello, cosa que se había hecho evidente con las redes sociales.
Esto quizá explique la andanada de ataques, por medio de periodistas y personajes públicos, en contra de WikiLeaks por “insustancial” o por “exponer las conversaciones privadas”. Ayer también discutía sobre ello en Twitter, con Sergio Avilés, que decía que es como revisar el celular de la esposa: uno va a encontrar cosas que no le gustarán; aclaro que es algo que jamás me ha sucedido con el celular de mi pareja: si no ocultas nada vergonzoso, no encontrarán nada vergonzoso que sacar a la luz.
Insistía @seraviles en que “la transparencia es buena, pero no en los calzones”. A este argumento yo le encuentro varias fallas. En primer lugar, que la transparencia es una obligación de los servidores públicos que deben mantener en todo lo relacionado con su gestión. En segundo, como le señalaba en nuestra conversación tuitera, que son personajes públicos que han elegido ser personajes públicos y cobran por ello; y cobran del dinero de los contribuyentes, por lo que se tiene derecho a saber todo lo que se hace al amparo de ese dinero, así sea bajo los calzones. Y los servidores públicos de rango importante lo son 24 horas al día, no sólo cuando están en la oficina.
Y, en tercer lugar, por supuesto, Avilés deja de lado la cuestión importante: que a los servidores públicos, como señala, no hay que exponerlos al escrutinio público con chismes y declaraciones, como hacen los medios; pero sí hay que someterlos al escrutinio público total con evidencias. Sergio Avilés tiene una visión muy diferente de las cosas quizá (y quiero hacer énfasis en este quizá, que es una hipótesis y no una acusación) por su propia experiencia como servidor público y su trato con la prensa, que recoge en su libro Indi-Gestión Pública.
Entiendo que, a la vista de ello, se haya arrojado a una cruzada en defensa de la privacidad de los servidores públicos; yo considero, sin embargo, que los servidores públicos no tienen derecho a esa privacidad, porque han aceptado voluntariamente ser personas públicas y cobran por ello. Y porque lo hacen con nuestro dinero público. Lo que hay que revisar es la forma en que los medios masivos manejan esta clase de información; WikiLeaks, precisamente, pone en entredicho esa forma de manejar la información, a lo que el también periodista Avilés no le hinca el diente.
Finalmente, WikiLeaks también es víctima de juego sucio. No sólo de declaraciones y comentarios que pretenden restarle importancia. Hace unas horas sufrió un ataque informático. Y Julian Assagne, el periodista a cargo de WikiLeaks, es objeto de persecuciones judiciales, como la del gobierno de los Estados Unidos. O la del gobierno sueco, que ha pedido a la Interpol que arreste a Assagne por “violación”; en realidad por una cosa que se llama sex by surprise que, en la legislación sueca incluye todas las prácticas sadomasoquistas y de bondage. Y que no es un delito grave como la verdadera violación: se castiga apenas con una multa máxima de menos de mil dólares. ¿La Interpol persiguiendo a alguien que se portó mal y tiene que pagar una multa?
Para mí es claro el asunto: WikiLeaks ha sacado los trapitos al sol de los gobiernos (sin importar qué tan sucios sean) y eso los ha puesto nerviosos. Además, también evidencia que se puede hacer otro tipo de periodismo sin necesidad de grandes corporaciones, y basado en evidencias en lugar de declaraciones; esto implica que la información puede ser controlada no sólo por las agendas de los declarantes (como los gobiernos), cosa que también pone nerviosos a los gobernantes. Y a los medios masivos; como me indicó @npjoan, que, además de ser mi hermano Juan Nadal, se dedica a estudiar a la prensa: “ya asistíamos a una serie de cambios importantísimos en la difusón y hasta en el origen mismo de las noticias, con las redes sociales y los "reporteros ciudadanos" que ya se ven hasta en televisión. ¿A quiénes pone en jaque todo esto? Pues a los espacios informativos de los medios tradicionales. O se renuevan y ofrecen contenidos más trabajados, o tarde o temprano será jaque mate.

10 oct 2010

Reflexiones de la mariposa


A Sara.
El otro día, platicando con Sara (que espero que algún día me considere su amigo) de cosas que ustedes no saben porque no les incumben, vimos una mariposa. Concluimos, no es más que una oruga con alas bonitas, cosa que la mayoría de la gente no observa. Me encanta reflexionar en compañía.
Yo he seguido dándole vueltas a la idea. Y es que esta idea es justo lo contrario de la imagen que se suele construir: una criatura horrible, rastrera (aunque las orugas propiamente no se arrastran: tienen patas: 3 pares, para ser exactos), que un día se encierra en sí misma y sale convertida en algo maravilloso, hermoso, y así cumple su destino. Una versión más elaborada del cuento del patito feo.
Es la belleza que aflora, el cambio por uno mismo, convertirse en algo diferente, nuevo, superior. Un destino inevitable y maravilloso. Una idea maravillosa, sin duda. Puedo ver el atractivo que tiene.
Pero también puedo ver la falsedad y el autoengaño que viven en esta interpretación equivocada de la metamorfosis. Los animales que tienen metamorfosis, como las mariposas o las ranas, tienen etapas en que su forma es diferente, pero hay una continuidad: siempre siguen siendo ellos mismos. Nunca se convierten en otra cosa.
En términos de desarrollo psicológico, el adolescente no es otra persona. Ni el adulto. Son el mismo en momentos diferentes. Como el río de Heráclito, que siempre es el mismo pero nunca es el mismo (siempre es diferente). Esto quiere decir que tenemos que vivir siempre con nosotros mismos, con nuestros aciertos y nuestros errores. No nos metemos en un capullo y se quedan fuera y renacemos más hermosos, libres de ellos.
Siempre vamos a ser la oruga que ha desarrollado alas. Por supuesto, tenemos que cambiar, hacernos alados. Perdonarnos y seguir adelante. Pero con nuevas ideas, aprendiendo de nuestros errores (y de nuestros aciertos). Ser, al mismo tiempo, pasado y presente: la oruga que persiste y las alas hermosas, nuevas. Pero nada de milagros de cuento de hadas.

5 oct 2010

¿Tomar decisiones a la deriva?

A mi amiga Tania
Yo digo que no tomamos decisiones, sino que ellas nos toman a nosotros.
Constantemente nos enfrentamos a pequeñas decisiones que no tomamos. Es decir, no nos ponemos a pensar, a evaluar nuestros sentimientos al respecto, a razonar pros y contras, etcétera. Simplemente dejamos que las cosas sucedan. Como dirían los estudiosos de las religiones y filosofías orientales, fluimos. Seguimos nuestro propio curso, nos dejamos llevar por el momento.
Pensando en el cine, podemos pensar que nuestra vida es una enorme sucesión de estos momentos. Pero, en realidad, no son momentos separados, sino que se trata de un continuo; en ese sentido, funciona mejor la metáfora de Heráclito: un río que forma un continuo pero cambia constantemente, que es uno mismo y constantemente diferente. Es decir, fluye.
Nuestro fluir, o derivar si se quiere, está formado por este continuo de microdecisiones. Podríamos parafrasear y decir “yo soy yo y mis (micro)decisiones”.
Cuando nos enfrentamos a una “verdadera decisión”, esas decisiones grandes, que nos hacen sentarnos a reflexionar, esas macrodecisiones ya están tomadas. Están determinadas por el flujo de microdecisiones que nos ha llevado a donde estamos, que nos hace ser quien somos.
No hay manera de ir en contra de la corriente, del flujo de nuestra realidad. Quizá sería más prudente (y menos doloroso) seguir la misma estrategia que con las microdecisiones: simplemente dejar que sucedan, derivar con ellas.
Por supuesto, confrontar la realidad que rodea a esas decisiones es difícil y puede ser muy doloroso. Aterrador. Ahí está, creo yo, el verdadero problema de esta macrodecisiones: el miedo de equivocarnos, de lo que vamos a perder (o dejar de conseguir), el miedo al cambio, el miedo a tener que responsabilizarnos de nuestros actos.
Digo yo: ¿para qué agobiarse por eso? Mejor, para variar, dejarlas fluir. Derivar con ellas, con nosotros mismos. Entre veras y bromas le digo a mis alumnos cuando están agobiados por las decisiones que hay que tomar: “Lee el Tao”. No porque el Tao tenga las respuestas, sino porque, mientras lee sobre el fluir, estará dejando que las cosas fluyan.

28 sept 2010

Vlad y Fuentes: de miedo


Carlos Fuentes es, por su trayectoria, uno de los grandes autores en nuestro idioma, no me cabe ninguna duda. Pero en los últimos años su calidad ha disminuido de manera proporcional al aumento de su productividad, y Vlad (Alfaguara, 2010) es, en mi opinión, lo peor que le he leído.
Y no es que tenga nada en contra del “género vampírico”, todo lo contrario. Creo que en todos los géneros y estilos hay obras buenas y obras que, simplemente, no funcionan. Vlad es de estas últimas.
No es una novela cursi y rosa, lo que se agradece en la actual ola de novelas vampíricas para “jóvenes lectores”, con monstruos edulcorados, humanizados y entrañables, aunque hay novelas en ese rumbo que sí funcionan. Y tiene algunas frases evocativas y muy bien logradas. Y hasta ahí lo bueno, aunque supongo que las ventas serán buenas.
El intento de Fuentes de escribir una historia de vampiros bien escrita, con un manejo literario del lenguaje, fracasa rotundamente. Las secuencias de ideas afines repetidas resultan tediosas; los guiños a las obras clásicas del género terminan siendo simplemente lugares comunes, de lo que, por otro lado, está lleno el texto más allá de las referencias a otros textos; hay párrafos que parecen una cátedra mal impartida. Total, el lenguaje resulta innecesariamente pretencioso, lejos de la ligereza tradicional del género, con notables excepciones particularmente bien logradas.
La trama resulta tristemente lineal y predecible, sin sorpresas. Sólo el final, macabro y depresivo, se aparta del maniqueísmo victoriano en que triunfa el bien a costa de grandes sacrificios. Pero ese mismo final carece de fuerza; la idea básica es muy buena, pero fracasa en un par de frases sin contundencia, que quedan en suspenso sin lograr generar suspenso en la historia siquiera.
Pero no me crean: léanlo ustedes mismos.

Léanlo ustedes mismos

Hoy inauguro una sección de este blog, titulada Léanlo ustedes mismos, en la cual iré poniendo pequeños comentarios y reseñas de libros, sin más pretensiones que opinar desde mi personalísimo punto de vista y siempre sin operder de vista de que no es verdad divina y que queda abierto a debate, y con la consigna de que cada uno tendrá su propia opinión, que espero nos la compartan pero, antes, léanlo ustedes mismos...

Hasta ahora llevamos:

26 sept 2010

Su opinón del bicentenario. Atte. Sil

Mi opinión sobre el bicentenario es que son 200 años. ;)

Está bien conmemorar/celebrar los grandes procesos que moldearon la historia de nuestro país, en tanto sepamos hacerlo de manera crítica reconociendo fracasos y aciertos, teniendo en mente que estamos muy lejos de lo que se pretendía entonces y de lo que pretendemos (y necesitamos) ahora.

Respecto a las celebraciones oficiales, me parece vergonzoso gatar tantos millones en unas fiestecitas, al estilo de Maximiliano o Porfirio Díaz. Precisamente un par de gobiernos impopulares, ilegítimos y dictatoriales cuyas derrotas fueron tan importantes en la historia patria como la revolución de independencia. Siento que el gobierno está haciendo exactamente lo mismo que Díaz hace 100 años, en busca de legitimidad (con el discurso patriotero que recurre a una historia desdibujada y tendenciosa) y un sustento popular que no tiene, ofreciendo un gran espectáculo al pueblo: eso que dicen de "Pan y circo", aunque más de la mitad de nuestra población no tenga pan para comer, sólo PAN para joder...

25 sept 2010

Mi propia quermés en la azotea

¿Para qué negarlo? Yo traigo una quermés en la azotea y me gusta compartirla, pero no siempre tengo tiempo de pensar lo que digo antes de decir lo que pienso, y viceversa. En esos momentos de impaciencia vengo a este rincón para compartir una idea, una frase, un poema, una imagen (poética o visual), una broma, un desahogo, un berrinche, un comentario (sarcástico y con mucha mala leche, de preferencia, sin azúcar  ni mostaza).

(Ah, sí: ¿por qué quermés y no kermés? Porque se antojó más el romance de la q de queso que la neerlandesa k de káiser).